Les pensées qui glacent la raison (piso 12)

- Jamás te prometí nada Cronos, y ya estamos a mano ¿No? Si quieres conversar no es ni el momento ni el lugar gusanito - dijo en tono despectivo.

Abrió los ojos y su sorpresa duró unos segundos, entonces ese prepotente era Cronos. Stefan sólo lo había mencionado como su ex, y supuso que la relación había sido o muy breve,o muy dolorosa. Bajó la mirada pensativo.

- Si le dije algo a Jared o no debe ser decisión mía ¿Piensas escoger por mí toda mi vida? - sonrió sarcástico - Dudo mucho que quieras "recuperarme" porque cada cosa que haces termina por alejarte más y más .

Trató de centrarse en otra cosa, en Caín o en buscar información acerca de esa clinica psiquiátrica apenas pudiera. también necesitaba dormir y aclarar su cabeza.

- Bien, veo que eres inflexible...Apolo está muerto, sólo venía a decirte eso. - suspiró - Te quedarás solo.

Miró a Stefan, en ese momento Cronos lo tomó de un brazo y antes que se diera cuenta, lo arrastró hacia los ventanales del departamento, ni siquiera alcanzó a pestañear cuando un brazo de hierro lo empujó, en lo último que pensó,en que al menos Roberto tenia a Shannon y viceversa. Y en que le habían faltado tantas cosas que decirle a Deimos.

¿Hablaba en serio? ¿Acaso tenía aire en la cabeza? En ese momento dudó de su capacidad de raciocinio el momento en el que lo aceptó en una relación ... pero no pudo pensar en nada más apenas vió al demonio caer en manos de Cronos se puso blanco, recordando tras un intenso dolor gran parte de las memorias que Apolo le había quitado.

-Si yo tendré que estar solo por una eternidad, entonces tu también Deimos...Au revoir.

Casi se le cae la mandíbula al escucharlo hablar ¿En qué demonios estaba pensando? No supo como apareció en la terraza del sexto piso y tenía tomado de los hombros a Jared.

- Te dije que no te ibas a deshacer tan facilmente de mi - sonrio ampliamente ayudándolo a subir al vacio departamento de alguno de sus vecinos

No se contubo más y lo abrazó de la misma forma en la que lo había hecho en el Vaticano. Había visto el final acercarse a pasos agigantados igual que aquella vez, no podía soportar la idea de tener que vivir en el olvido y en completa soledad, debía terminar de recordar ... se lo debía a Jared y a si mismo.

Ya estaba visualizando el infierno cuando alguien detuvo su caida, se había mentalizado para terminar con todos los huesos rotos como cuando Damon lo transformó en Vampiro, pero alguien le ahorró el dolor.

- Te dije que no te ibas a deshacer tan facilmente de mi - sonrio ampliamente ayudándolo a subir al vacio departamento de alguno de sus vecinos

Respiró hondo y el aire se le fue por unos segundos, ese abrazo,era como los de antes, parpadeó confundido y mientras entraban a un departamento sin moradores,por la ventana, sonrió con calidez.

- ¿Estás...recordando? - susurró - ¿Que tengo que hacer para que recuperes lo que perdiste,Stefan?.

Miró alrededor, estaban solos y no había ni un pez que los pudiera molestar, las costinas estaban corridas y entraba la luz matinal, tuvo un deja vu pero ésta vez no estaba ebrio ni Stefan tampoco, lentamente se quitó el abrigo y con ademanes pausados caminó hasta Stefan.

- Gracias, ya perdí la cuenta...- sonrió -.

No hacía frío, le quitó la camisa y deslizó los labios por su garganta mientras lo empujaba con el peso de su cuerpo hacia la alfombra, tal vez no recordara las palabras, pero haría que comenzara a visualizar los hechos.

- Juro que cuando todo esto termine,nos iremos al fín del mundo...Deimos, Stefan,Ben...recuperaré lo que perdiste.

Acarició lentamente su cuerpo, estaba encima de él y lo contemplaba viendo cómo la pálida luz que entraba por la ventana hacia juegos de luces y sombras destacando los marcados músculos de su pecho, inclinándose dejó que los mechones castaños juguetearan con la piel de su rostro, besó su cuello sin prisas y cuando llegó a sus labios susurró:

- Feliz Navidas, gamprós.

- Juro que cuando todo esto termine,nos iremos al fín del mundo...Deimos, Stefan,Ben...recuperaré lo que perdiste.

Redescubría el roce de su piel, cada contacto era una dulce agonía, y un paso más hacia la irracionalidad absoluta... Y otra razón adicional por la que recuperar la totalidad de sus memorias...

- Feliz Navidad, gamprós.

Atrapó los labios de su amante con desesperación, recordando con la tibieza de ellos momentos que habían pasado juntos en esta vida y en las anteriores, trayendo a su memoria el metálico sabor de la sangre tras haber sellado un pacto de por vida.

Sus manos comenzaron a desabotonar la camisa del demonio dejando a su merced su torso desnudo y bien formado, besó su cuello y sus manos se aferraron a aquella pálida espalda deseando con todo su ser que nada interrumpiera aquél momento que parecía ser tan suyo.

- Estoy recordando de a poco - sonrió - Pero si no llegase a recuperarlos todos por lo menos sé que puedo crear nuevos contigo.

- Estoy recordando de a poco - sonrió - Pero si no llegase a recuperarlos todos por lo menos sé que puedo crear nuevos contigo.

Esa era una de las mejores noticias que podía haber escuchado ese día, lo miró como si quisiera dejarlo grabado para siempre en su retina, sus manos estaban tibias y esa mirada oscura sencillamente lo desarmaba, entre los dos sólo habían unos centímetros y recordó todas las veces que habían estado así. ¿Era el amor siempre tan intenso para todos o ellos eran una de esas excepciones?. Siempre había sido así para él, le gustaba sentir todo hasta en el estómago, grandes pasiones y enormes tristezas,no tenía términos medios.

Estaba seguro de que aunque ambos perdieran sus recuerdos, sus cuerpos se reconocerían al mínimo contacto...Tenía aún algunas cosas que decir o que proponer y otras tantas por hacer, pero sólo se acercó a Deimos, besándolo como si quisiera comerse esos labios incitantes y no cesó hasta que sus pulmones le exigieron aire.

Ambos estaban jadeantes, se alzó y se quitó la camisa, siempre mirando a su amante a los ojos, acarició con las palmas de las manos extendidas su pecho desde la base de los hombros hasta su abdomen, en el piso superior alguien puso villancicos, Jared alzó una ceja y rió mientras susurraba.

Oh, quand j'entends chanter Noël
J'aime revoir mes joies d'enfant
Le sapin scintillant, la neige d'argent
Noël, mon beau rêve blanc.

Su abuela le había enseñado un par de canciones en su niñez, de hecho el poco francés que conocía, era gracias a ella. De pronto tomó una botella de brandy que había junto al sofá y destapándola miró con picardía a Deimos y derramó un poco del contenido sobre su abdomen.

- Así...da gusto beber - dijo mientras se inclinaba y lamía su estómago sin prisas.

Arriba seguián sonando las canciones navideñas, ni siquiera necesitarían un árbol.

Los suspiros quedaron atrapados en su gargante, definitivamente aquella calidez, y ese contacto tan próximo le eran familiares ... era como si su cuerpo supiera responder a cada estímulo que le proporcionaba el demonio, como si el vacío que sentía se llenara casi por completo al tenerlo tan próximo, como si el mundo tuviera sentido, lo perdiera y lo recuperara una y otra vez en un ciclo infinito.

Se dejó hacer hasta que la paciencia se le acabó. con cuidado dejó al demonio debajo suyo y comenzó a recorrer con sus labios aquél perfecto torzo buscando que cada gemido y cada susurro del demonio fuera dedicado exclusivamente a él en un sentido de pertenencia no egoísta sino de mutua entrega.

- Joyeux Noël - susurró sobre su oído.

- Joyeux Noël - susurró sobre su oído

Sonrió y se quedó pensativo, últimamente estaba sucediéndole mucho eso, era capaz de quedarse en las nubes, por horas, absolutamente obnubilado, La cercanía del otro, sus caricias eran cómo haber muerto y estar en el Paraiso. Suspiró mientras su respiración se aceleraba deseando que éste lo hiciera suyo.

“Jared. Caín esta con Shannon. Estamos en el cementerio de Dreamland”.

Se sobresaltó y casi derribó a Stefan al incorporarse bruscamente, el mensaje de Roberto había sido corto y preciso, mirando a los ojos al dios que tanto amaba susurró:

- Shannon está en problemas, tengo que ir.

Bajó la mirada, no quería ver la cara que pondría éste al oír el nombre de Shannon.

Suspiró cansado mientras se tumbaba de vuelta en la alfombra y se agarraba el puente de la nariz intentando controlar la hecatombe que tenía en su interior ... las contradicciones eran demasiadas y el recuerdo más nítido que tenía de su "cuñado" era el de una especie de rival y de familia al mismo tiempo.

- No puedo impedir que vayas, se trata de tu hermano ...- declaró pausadamente

Se sentó con lentitud mientras los villancicos seguían sonando en el piso de arriba, iba a ser una navidad extraña, o por lo menos más extraña de lo que estaba acostumbrado.

- ... Pero no te voy a dejar ir solo - finalizó con seriedad.

Ya había pasado por la incertidumbre de no saber que iba a suceder con el demonio por un día le era suficiente. No iba a descuidarlo y menos ahora que comenzaba a recuperar sus recuerdos perdidos.

- No puedo impedir que vayas, se trata de tu hermano ...- declaró pausadamente.

Lo miró en silencio, sabía que Stefan estaba algo reacio, había recordado a Shannon y con él, seguramente las conversaciones anteriores y sus dudas...Bajó la mirada, estaba dudoso.

- ... Pero no te voy a dejar ir solo - finalizó con seriedad.

Alzó la mirada y suspiró aliviado, acercándose lo abrazó e iba a besarlo cuando,nuevamente escuchó la voz de Roberto.

"Lo que pase cuida de ti y de tu hermano”.

Frunció el ceño mientras tomaba la mano de Stefan y miró el departamento, era raro estar en un lugar ajeno, jugueteó con los largos dedos de su amante y finalmente murmuró:

- No se que está sucediendo...pero siento que Shannon y Roberto han cambiado, ya no puedo hablarles, si voy eso podría retrasar lo que Alaric me pidió, creo que seremos sólo tú y yo en Holanda. - suspiró - ¿De quién es este departamento?.

Apartó con suavidad un rebelde mechón que caía sobre la frente de su amante mientras este formulaba su pregunta ... No lograba recordar haber visto a la moradora del departamento pero el conserje la había mencionado un par de veces.

- Es de la dueña de una empresa de ... cosméticos creo, no viene casi nunca es imposible que llegue - murmuró distraído.

Era curioso el que se haberse encontrado en una situación similar sin concluir nada, una de las cosas que odiaba de su sobre humanidad era precisamente aquella forma tan pasional de vivir.

- Es demasiado pronto para Holanda ¿No te gustaría quedarte un par de horas más? - preguntó para luego besar suavemente los labios del demonio - Por Shannon y Roberto ya no hay mucho que hacer, ha sido su elección - dijo con un convencimiento que le aterraba, aquella parte que no recordaba definitivamente era complementaria a su vida actual, debía encontrar las respuestas lo más rápido posible.

- Es de la dueña de una empresa de ... cosméticos creo, no viene casi nunca es imposible que llegue - murmuró distraído.

Ya le parecía que vislumbraba mucho rosa para su gusto y una decoración similar a un cuento de hadas infantil, donde la botella de licor era un elemento discordante. Miró alrededor y una idea germinó en su cabeza.

- Es demasiado pronto para Holanda ¿No te gustaría quedarte un par de horas más? - preguntó para luego besar suavemente los labios del demonio - Por Shannon y Roberto ya no hay mucho que hacer, ha sido su elección - dijo con un convencimiento que le aterraba.

Como siempre y aunque no recordara Deimos tenía un poder mucho mas extenso, él sólo notaba o sentía que habían cambiado, sonrió y tras devolverle el beso apasionadamente se subió ágilmente al sofá y equilibrándose en el borde,lo miró.

- Como quieras, podemos irnos a Holanda hasta mañana...recoge tus prendas "Armani", quiero que veas que también...puedo hacer llover - rió y sacando un encendedor del bolsillo de sus jeans lo encendió y puso la llama junto a una alarma de incendios que había en el techo.

Este departamento era totalmente distinto al de Deimos, siendo el otro un loft, éste era de los típicos con muchas habitaciones. Tras unos minutos la alarma se activó y comenzo a caer una intensa lluvia sobre ambos, Jared descendió y tomando a Deimos por los hombros lo besó apasionadamente.

- Nunca te besé cuando llovia...- susurró.

- Como quieras, podemos irnos a Holanda hasta mañana...recoge tus prendas "Armani", quiero que veas que también...puedo hacer llover - rió y sacando un encendedor del bolsillo de sus jeans lo encendió y puso la llama junto a una alarma de incendios que había en el techo.

No pudo hacer más que reír mientras las gotitas de agua caían en forma de lluvia sobre sus cuerpos, adoraba aquella espontaneidad que caracterizaba al demonio, como en aquél momento en el que lo besaba con desesperación.

- Nunca te besé cuando llovía...- susurró.

Sonrió de costado mientras empujaba al demonio sobre el sillón para besarlo con una pasión descontrolada, y con una necesidad profunda, como si fundiéndose en él pudiese recuperar todo lo que había perdido.

Sus manos acariciaban con desesperación aquella nívea espalda, sentía que su autocontrol se terminaba yendo al carajo con cada segundo que pasaba.

- No olvidé el pacto que hicimos en St. Ursanne, fue de las primeras cosas que recordé - susurró mirándolo a los ojos - Y aunque me falten cosas por recordar, lo cumpliré.

- No olvidé el pacto que hicimos en St. Ursanne, fue de las primeras cosas que recordé - susurró mirándolo a los ojos - Y aunque me falten cosas por recordar, lo cumpliré.

Sonrió completamente feliz, había pensado que a Stefan le molestaría el nulo respeto que sentía por la propiedad ajena, pero éste lo dejaba hacer y, su reacción era casi más intensa que las de antes. Ya había casi olvidado la muerte de sus primos y del cachorro, y se sentía menos inquieto respecto a lo que estaría sucediendo en Saint Ursanne.

- Aunque no lo recuerdes...Todo - jadeó - Ya estamos creando nuevos recuerdos.

Volvió a besarlo contagiándose con su urgencia y rió ahogadamente mientras enredaba sus dedos en los húmedos cabellos de Stefan, ambos estaban casi empapados y el rociador seguía dándoles esa sensación de estar bajo la lluvia. Por unos segundos recordó cuando se habían duchado juntos horas antes, en cualquier momento llegarían el conserje o los bomberos.

Lo miró a los ojos y entre risas y caricias, le bajó la cremallera de los jeans, estaban con el tiempo en contra,pero esa presión extra era tan exquisita como si estuvieran en las escaleras de algún edificio o en el baño de algún bar de mala muerte. Aún tenían tantas cosas por hacer, locuras en su mayoría.

- Quiero que hoy sepas que soy tuyo - mumuró - Tendremos nuestra madrugada de bodas,en un departamento ajeno y,con lluvia sobre nuestras cabezas...hazme tuyo,Stef.

- Sus deseos son órdenes - susurró sobre su oído para luego besarlo y moderlo con desesperación.

El agua seguía cayendo sobre sus cuerpos mientras terminaban de desnudarse con inusitada rapidez, no era de aquellas veces en las que la búsqueda del placer se prolongaba intentando estirar la entrega mutua, esta vez la necesidad, la pasión y la urgencia eran la premisa, ya habría tiempo de lo demás.

- No podría pedir una mejor forma de celebrar nuestro matrimonio - sonrió de lado.

Hizo que el demonio se apoyara sobre el respaldo del sofá, sin dejar de besar y morder su cuello y su hombro, necesitaba sentirlo con urgencia, aquella cercanía amenazaba con volverlo loco, al mismo tiempo que en su cabeza aparecían imágenes de situaciones similares.

Lo preparó con rapidez y entró con una delicadeza sacada de no sabía donde dando por terminada aquella tortuosa agonía que tanto le gustaba.

- Sus deseos son órdenes - susurró sobre su oído para luego besarlo y moderlo con desesperación.

Pese al agua que les caía encima, estar con él era una especie de atracción casi animal, a menudo se preguntaba cuanto durarían haciendo otras "cosas", pero le bastaba verlo para que su switch se activara y ahora debía morderse los labios para no pedir que,lo hiciera suyo.

- No podría pedir una mejor forma de celebrar nuestro matrimonio - sonrió de lado.

Rió y lo besó antes de que su deliciosa agonía culminara, sintió su cálido cuerpo sobre el suyo y sus movimientos suaves pese a la urgencia que ambos sentían, inclinándose sintió sus cabellos mojados caer sobre su rostro, el aliento de Stefan en su nuca le produjo una nueva oleada de placer, sus músculos estaban tensos mientras se asía al sofá.

- Te amo...por dios que...te amo - jadeó.

Una sirena se escuchó abajo del edificio, pero aún tenían tiempo, la adrenalina y el placer se mezclaban en su cuerpo, Stefan acariciaba su espalda y su abdomen, le parecía oír las respiraciones agitadas de los hombres unos corriendo por las escaleras y otros por el ascensor. Ladeó su rostro y ambos se besaron largamente, separándose cada uno tomó sus ropas y desaparecieron en el momento justo en que el conserje abría la puerta.

****
Una vez en el Departamento de Stef, ambos rieron a carcajadas, pero estaba ocurriendo algo extraño en el ambiente. Jared se acercó a los ventanales y señaló el cielo, pese a la hora, el pálido sol que intentaba salir de entre las cerradas nubes, no alumbraba más que la luna.

- Mira...- susurró cuando Stefan se acercaba a él - ¿Tendrá que ver con la muerte de Apolo?.

- Mira...- susurró cuando Stefan se acercaba a él - ¿Tendrá que ver con la muerte de Apolo?.

Recién en ese instante cayó en la cuenta de que el dios del sol se había muerto, recordando las palabras de Cronos... Y la poca luminosidad en el cielo era una prueba irrefutable.

Observó por la ventana detenidamente, el fenómeno había llamado la atención de algunas personas, mientras que en el piso de abajo se veía el carro de bomberos estacionado. Se concentró unos segundos y lentamente la nieve comenzó a caer, agarrando con el paso del tiempo más fuerza, por lo menos así pasaría un poco más desapercibido la fragilidad del sol.

- No me queda duda - susurró con sus ojos posados sobre el vidrio - Y será así hasta que Zeus encuentre una solución, si es que la hay.

Tomó al demonio por las mejillas y en un impulso de aquellos que se estaban haciendo frecuentes en él, besó al demonio hasta que sus pulmones exigieron oxígeno. Si era honesto consigo mismo debía admitir que le importaba prácticamente nada la muerte de Apolo, se lo merecía.

- Vamos a dormir ha sido un día ... cansador - musitó

El cielo se veía, por deci lo menos, tétrico pero su aspecto extraño cambió cuando la nieve comenzó a caer con más intensidad, suspiró y comenzaba a sentir frío cuando Stefan lo tomó del rostro y volvieron a besarse.

- Vamos a dormir ha sido un día ... cansador - musitó.

Asintió y lo abrazó por la cintura, subieron las escaleras y apartando las cobijas se metieron en la cama. Jared se apoyó en un codo y lo observó hasta que lo puso nervioso, sonriendo se acercó y lo besó mientras apoyaba la cabeza en su pecho.

- A partir de ahora, disfrutaremos cada segundo...Y este, es tan pacífico - sonrió - Pero no quiero atraer algo sobre nuestras cabezas.

Parpadeó, el sueño comenzaba a vencerlo y, Stefan también estaría cansado,pero no olvidaba que era Navidad y, tenían muchas cosas por hacer, quería hacerse un tatuaje, quería ir a un parque de diversiones y después, mentalizarse para Holanda. Esperaba que su "familia" estuviese bien, ya les enviaría un mensaje.

- Estamos en Pijamas invisibles - rió.

- A partir de ahora, disfrutaremos cada segundo...Y este, es tan pacífico - sonrió - Pero no quiero atraer algo sobre nuestras cabezas.

Asintió, si algo lograba recordar de aquella relación era la seguidilla de interrupciones que sus periodos de paz tenían, pero no quería pensar en ello por el momento, la sola presencia de Jared le era tranquilizadora, ya casi no recordaba el vacío, ni el dolor ni los motivos de sus tendencias suicidas.

- Estamos en Pijamas invisibles - rió.

Terminó de acomodarse, abrazando al demonio y luego de besar su frente cerró los ojos.

- Me encantó el diseño - sonrió - Deberíamos usarlos más seguido.

La respiración de su amante en contra de su piel se le hacía sumamente relajante, y el simple hecho de tener compañía calmaba su espíritu tormentoso, no se dio cuenta en qué momento cayó rendido en los brazos de Morfeo.

- Me encantó el diseño - sonrió - Deberíamos usarlos más seguido.

Sonrió y trató de poner su mente en blanco, su cabeza era un torbellino, pero ya se iba apaciguando, era increible lo que le costaba quedarse dormido y lo enfermante que eso podía llegar a ser, se movió con suavidad, Stef ya estaba relajadamente durmiendo y cerrando los ojos, lo imitó.

"Tú haces mi corazón arder" Fue lo último que pasó por su mente antes de caer en un profundo sueño.

Se despertó con un dolor de cabeza mastodóntico ... y con un tibio cuerpo entre sus brazos. En aquél momento los recuerdos de las experiencias vividas hace unas horas , la muerte de Apolo, Cronos, Artemisa, su perdida de memoria, los ojos vidriosos de Jared, el departamento de su vecina, su apasionado encuentro ... eran como millones de imágenes atravezando su dolida mente.

Se levantó cuidadosamente, no quería despertar al demonio y se metió al baño. El agua caliente recorría sus contraídos músculos y por la ventana apenas se colaban unos rayos de sol, seguía nevando.

Permaneció largamente con el agua cayendo directamente sobre su cabeza, había recuperado energías y estaba decidido a recordar al precio que fuera.

Sonrió al pasar nuevamente hacia la habitación, su amante seguía dormido. Tomó ropa limpia y se cambió sin apuro.

Bajó hasta la cocina, y luego de tomarse dos aspirinas, comenzó a preparar café ... Moka para ser exactos, no tenía idea de por qué, pero le era casi una necesidad desayunar aquél tipo de café.

No supo cuanto durmió, sintió entre sueños que Stefan se levantaba,pero tenía pereza y decidió seguir durmiendo, de pronto se vio a sí mismo en una calle solitaria, el frío le calaba los huesos y se le erizó la piel, algo venía detrás de él y quiso correr pero tenía el cuerpo pesado y sólo pudo ver un par de ojos verdes brillar diabólicamente a través de una oscura niebla.

Despertó sobresaltado, el aroma a café moka se extendía por todo el loft, se estiró en la cama, estaba un poco más claro pero el cielo seguía siendo extraño. Abrió los ojos y se quedó unos segundos más alli. Finalmente saltó de la cama y yendo al cuarto de baño, se duchó, se lavó los dientes y poniéndose la toalla en la cintura bajó en silencio las escaleras.

Stefan se encontraba de espaldas atareado preparando café y había una bandeja con pastelillos, sonriendo lo abrazó por detrás y lo besó en la nuca, aspirando el aroma de su perfume.

- Buenos dias, o ya es tarde? - rió - ¿Ya armaste un plan diabólico para hoy?.

Sintió la calidez del cuerpo del demonio en su espalda mientras las manos de este se entrelazaban sobre su estomago.

- Buenos dias, o ya es tarde? - rió - ¿Ya armaste un plan diabólico para hoy?.

No tenía ni la menor idea de qué hora era, no le interesaba demasiado y el sol no ayudaba a hacerse una idea. El aroma a café se le hizo sumamente delicioso, era como si le trayera recuerdos que no existían en su cabeza.

- No he mirado el reloj - sonrió - Pero tenía ganas de tomar Moka, no tengo idea de por qué.

De seguro si Damon estuviese ahí lo molestaría con que tenía un antojo o alguna burrada de esa clase. Rodó los ojos al recordarlo, y ahora que lo pensaba no sabía de él, ni de Rosalie ni de Stefan o Angel hace ... tiempo, o por lo menos eso creía, supuso que tenía que estar ligado con las memorias que Apolo había borrado, Jared había mencionado al vampiro.

- ¿Plan diabólico? huum - simuló meditarlo haciendo muecas - Tenía pensado dormir todo el día, pero ya que es navidad, podríamos tirarnos al Sena, escalar la torre, colarnos en el Louvre como es feriado ... De seguro se te ocurre algo mejor a ti - sonrió.

Tomó un poco de crema de uno de los pastelillos y la colocó sobre la nariz del demonio.

- No he mirado el reloj - sonrió - Pero tenía ganas de tomar Moka, no tengo idea de por qué.

Sonrió, él sabía muy bien por qué y la razón era que, tal vez Deimos podía haber perdido sus recuerdos, pero habían cosas que implicitamente hacía aunque no supiera la razón de ello, El Moka era su sabor de café preferido junto a un machiatto en "Starbuck's" y aunque Stef, en un principio lo tomaba negro, Jared había terminado por convencerlo de las bondades del Moka.

- ¿Plan diabólico? huum - simuló meditarlo haciendo muecas - Tenía pensado dormir todo el día, pero ya que es navidad, podríamos tirarnos al Sena, escalar la torre, colarnos en el Louvre como es feriado ... De seguro se te ocurre algo mejor a ti - sonrió.

Rió de buena gana al imaginarselos haciendo todas esas cosas, se limpió la crema de la nariz y tomando un trozo de kuchen de manzana, se quedó pensativo acerca de que cosas podrían hacer y, aunque las que Stef había mencionado parecían y prometían ser tentadoras, de pronto se le ocurrió una mejor.

-¿No hay un Disney aqui en París? - sonrió.

Tomando las tazas de café las llevó a la mesa mientras Stef lo seguia llevando la bandeja con diversos tipos de pasteles.

-¿No hay un Disney aqui en París? - sonrió.

Alzó ambas cejas y rió, de todas las ideas que se le podrían haber ocurrido esa definitivamente no cabía. Dejó los pasteles sobre la mesa y besó lentamente los labios de Jared antes de sentarse. El contacto con el demonio se había vuelto casi una necesidad, tan fuerte como respirar, temía enormemente volver a enfrentarse al doloroso vacío que habían dejado su falta de recuerdos.

- Si, pero no tengo idea de si estará abierto, no sería problema colarse de todos modos - sonrió.

Comenzó a beber de aquél dulce café sintiendo una nostalgia poco común, lo peor de todo es que no tenía idea de qué momentos debería estar recordando, ni qué épocas ni que cuerpos ni que sensaciones, sólo volvía a su cabeza el sabor y el aroma mezclado con una incomparable sensación de calidez.

- Tu ... ¿Recuerdas cómo fuimos en el pasado? - preguntó con la mirada perdida en una de las ventanas.

- Tu ... ¿Recuerdas cómo fuimos en el pasado? - preguntó con la mirada perdida en una de las ventanas.

Tomó el tazón y lo sostuvo entre sus manos deleitándose con la tibieza de éste, no eran dias cálidos y aunque era un Demonio, igual su cuerpo se resentía con las bajas temperaturas, y de haber sido humano, estaría escarchado. Miró el perfil de Deimos, éste parecía perdido en sus pensamientos y casi podía sentir cómo trataba de recuperar sus recuerdos.

Se inclinó hacia adelante y depositó el tazón en la mesa, suspirando murmuró:

- No éramos muy distintos a cómo somos ahora, siempre sentimos esa conexión que va mucho más allá de la razón y del tiempo, vivimos un tiempo aqui,otro en Londres y, otras veces no nos encontramos. Como Beliel perdí muchas veces la vida y debias esperar que reencarnara...- sonrió apenado y miró hacia abajo - Creo que tú me buscabas más a mi.

Poniéndose de pie caminó hasta él y sentándose en la punta de la mesa le tomó ambas manos y le sonrió.

- Oye, vuelve a la tierra - susurró dulcemente - No te tortures tratando de recordar, lo harás de a poco, yo te ayudaré,ya dije que no te dejaré solo - se inclinó y lo besó - Siempre has sido un gran tipo, eres la persona mas bella que he conocido en todas mis vidas, y tu corazón es enorme, Stefan Benjamin.

Se quedó mirándolo, no le gustaba verlo tan ensimismado.