Un nuevo invitado

Manejaba un Ferrari california negro. Amaba ese auto. Se acercaba rápidamente a la Universidad. Había recibido el mensaje de Roberto solo que ahora él había cambiado de una forma que tal vez le costaría explicar a su mejor amigo. Al estacionarse pudo sentir varias energías familiares con respecto a lo que le sucedió. Aunque solo dos le llamaron más la atención. La de Roberto que al parecer estaba débil y la de Genevieve. Cerró un puño ante la presencia de la muchacha. Algo aun yacía dentro solo que no sabia bien que era. Si odio o aun amor por la tierna y hermosa chica que alguna vez le robó el corazón y por la cual tenia la cicatriz en la ceja propiciada por Roberto. Llevaba un abrigo cuello de tortuga negro, una chaqueta de cuero del mismo color, jeans desgastados negros y zapatos italianos.

No necesitaba ni tenía por qué presentarse, Zacharias nunca más volvería a ponerlos en jaque y, si sus servidores se acercaban a él, quedarían convertidos en piedra,sin poder hacer nada más que ver cómo seguía el mundo sin ellos. Miró el edificio, si sólo Miguel estuviera ahi todo le resultaría más grato.

Aún sentía el aire el tremendo poder de la invocación realizada, como un Ángel podía moverse más rápido en el tiempo y el espacio,pero ahi sus habilidades estaban muy limitadas debido a la enorme cantidad de energía maligna que existía en ese edificio desde hace siglos. Ingresó en silencio limitando su poder,pero podiá sentir a sus enemigos y esperaba que se destruyeran entre ellos mismos.